Al principio, como siempre, cuesta de nuevo habituarse a los Peliculas porno que marca cada lugar. Nada más llegar, dejar la maleta, salir a ver gente, quedar aquí y allá, ir a ver el mar, pasear por el pueblo, hablar,pararse, saludar,correr, miraratodoslados verquetodotesuena pero todo es diferente saber que estan alli igual que siempre pero que la vida no se para y sigue y que la gente te reconoce y te pregunta y te para por la calle preguntar por todos saber que estan bien y seguir corriendo mirando sonriendo hablando saludando andando hacia todos lados sin ir a ningun sitio pero verlo todo sonriendo asistiendo viviendo recordando hasta oir unos gritos porque tu amigo te esta gritando desde la terraza del bar y te dice que :
¡Para!
Y te despiertas. Aunque no estaba enlace.
Me mira y me dice que no corra, que no es necesario. Y, de repente, te paras y miras a tu alrededor y ves como todo pasa como a cámara lenta, ves un pajaro volando, bajo, cerca de ti y te da tiempo hasta ver como él también te mira, por un instante, para alzar luego el vuelo. Y oir un llanto de un niño, desde su carrito, y ver a su madre como lo pasea, lentamente. Al lado, una pareja habla, se miran y deduces que se acarician la mano, despacio, por debajo de la mesa. Todo el mundo va acompasado, siguiendo el mismo ritmo y, de repente, tu también empiezas a moverte y te giras, también despacio, hacia tu amigo y le sonries, y ahora el mundo te acoge de nuevo y te adaptas a su ritmo.
El pajarito se va, volando. La señora que paseaba el niño ya pasó y la pareja se están besando...pero ahora tu también formas parte del nuevo pasiaje de tu isla. Pero el cambio de ritmo siempre es así, aunque no nos demos cuenta. Llegamos de la gran ciudad corriendo, andando con prisas de un sitio a otro, empujándonos, gritándonos. Aquí está todo más tranquilo, por eso me gritaba mi amigo, para que me relajara.
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