Narrador: La noche llega a su fin. El primer rayo de sol acaricia las ramas de los árboles y una suave brisa da la bienvenida al nuevo día.
Todos los allí presentes, con los antifaces puestos, sintieron que la brisa les acariciaba el rostro. Pronto se adaptaron a su ceguera momentánea. No veían cómo el escenario se iba iluminando pero lo sentían, lo imaginaban y para ellos era válido. El rostro de cada uno se iba calentando con los rayos de un sol de atrezzo que aumentaban su intensidad a medida que el día avanzaba. Una música envolvía el ambiente creando la sensación de estar inmersos en el corazón del bosque. Las hojas de los árboles se agitaban, se oía el aleteo de los pajarillos, casi podían ver las mariposas revoloteando sobre las flores que ya habían desplegado sus pétalos para saludar al nuevo día.
- Buenos días margarita.
- Buenos días mariposa. ¡Qué colores más bonitos tienes!
- Es el sol que al reflejarse en mis alas parecen de azabache y rubí.
- ¿Crees que hoy tendremos suerte?
- No sé. Quizás podías preguntarle a tus pétalos.
- A ver: sí, no, sí, no… ¡Sí!
- Pues entonces no hay nada que temer. Los pétalos han dicho que habrá suerte y nunca se equivocan.
Un olor a pino se extendió sobre la sala. Una voz ronca comenzó a hablar:
- Venga pequeñuelas que el día no es tan largo y hay muchas cosas que hacer. Tú, mariposa, tienes que polinizar muchas flores todavía. Y tú margarita tu polen está muy atrasado. Debes esforzarte para que haya más margaritas que adornen el bosque. Este año las amapolas te están ganando.
- No refunfuñes tanto señor pino. Ya vamos. Claro, como usted sólo tiene que esperar a que sus ramas alcancen el cielo…
- Eso no es cierto. También tengo que hacer crecer mis raíces para sujetar el suelo y que no se vaya con las lluvias. Y lo que es más importante, tengo que vigilar mi zona del bosque para alertar de los peligros que nos acechan y podernos defender.
- ¡Peligros, ja! – Dijo la descarada margarita.
- No seas loca margarita, en un bosque hay muchos peligros. Hay que estar siempre vigilando, si no ocurriría lo peor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario